En el mundo online muchas veces confundimos libertad con trabajar desde la playa o la montaña, pero no hay nada más lejos de la realidad. Nuestra libertad depende de nuestra capacidad para automatizar y delegar aspectos de nuestro negocio y que nos quitan tiempo para centrarnos en nuestro propósito.

Cuando estamos en la playa, en la montaña, en la terraza de un hotel disfrutando de sus vistas… Ahí no debemos pensar en trabajo. Ese es nuestro momento de desconexión, nuestro momento de descanso. Hacer lo contrario es caer en una de las trampas que los negocios online nos pueden tender. Las prisiones que cortan nuestra libertad.

 

Las dos prisiones de los negocios online

Siempre que hablamos de negocios online tenemos en nuestra cabeza la palabra libertad. Es estar desde tu casa, o donde te encuentres en ese momento, trabajando con nuestro ordenador. Por eso creemos firmemente en esa libertad. Pero nada más lejos de la realidad.

Existen dos grandes prisiones en las que nos podemos ver encerrados dentro de nuestros negocios online:

 

-La prisión del hombre/mujer orquesta

Es el prototipo de persona que lo hace todo en su empresa. Que trabaja desde la playa, desde la montaña y si pudiera, lo haría desde la Luna. Es quien no separa el trabajo de lo personal.

Para esa persona existe una palabra: delegar. Dejar responsabilidades en otras personas, automatizar y sistematizar. Darse verdadera libertad. No estar conectada 24/7. El offline es el gran lujo para nosotros ahora, aprovechémoslo.

 

Montar un negocio tradicional desde el online

Puedes tener una idea súper original, que rompa todos los esquemas. Esa idea se explota dentro del mundo online… Pero acabas “encerrado” en los barrotes de una oficina. Ese fue, precisamente, mi caso personal.

En el año 2000 tuve una idea. Lancé una red social para el sector cultural de las artes, el teatro y la música. Entraron inversores, participó incluso el Gobierno de Aragón. Disponía de 12 personas trabajando para mí. Pero acabe en unas oficinas. Me di cuenta de que había montado una empresa tradicional basada en el online y era infeliz. Podemos caer presos de la prisión del éxito autogestionado.

 

Mi objetivo y el de ENN es romper esas prisiones

Por eso, después de unos años de desconexión me decidí a ayudar a las personas. Desde la Escuela de Nuevos Negocios tratamos de liberar a las personas de esas prisiones. Hacemos a la gente consciente de esos peligros si todavía no se encuentran en una de esas prisiones. O buscamos liberarlos si ya están en una.

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