Despertar a las 5 de la mañana sabiendo que la mayoría duerme. Sentir la soledad de la noche cuando empiezas a disfrutar el día. Así es como me gusta empezar. Despertar sin relojes, simplemente despertar.

En los negocios también hay que despertar pronto. Despertar es el hábito de tomar acción antes que los demás. Es actuar desde la soledad de ser el primero, el que ya está actuando cuando los demás sueñan.

Es en la madrugada, en las primeras ideas, donde puedes permitirte pensar profundamente. Es en ese tiempo híbrido entre sueño y lucidez, entre acción y reflexión, silencio y música, ese tiempo entre día y noche en el que surgen las ideas clave. Surgen al tener el tiempo extra de la madrugada.

Si tienes una idea de negocio, un nuevo plan, un nuevo objetivo, una nueva línea de productos, lo esencial es actuar de madrugada. Tomar acción antes que los demás en este espacio en que se despiertan las ideas, te da ventajas. Se trata de permitirse esa acción, a veces mínima, que permite experimentar.

La madrugada es el «tiempo laboratorio». Es en ese laboratorio en el que las ideas pueden iniciarse con poco riesgo. Disminuir el riesgo permite el experimento. Los grandes planes frenan la creatividad.

Madrugar para pensar, madrugar para escribir, madrugar para meditar, madrugar para hacer ejercicio, madrugar para planificar, para escribir, para estar sin más, para escuchar musica, para dibujar.

Madrugar en los negocios permite la creatividad. La creatividad surge en pequeños gestos. Permitirse ese tiempo de madrugada es empezar antes a crear la vida. Es abrirse a la fertilidad del tiempo extra, ese tiempo que no está ocupado, ese lujo que te regalas.

Tomar acción en ese tiempo extra, es un acto silencioso. En la madrugada reina el silencio. El silencio no despierta a la competencia. Cuando madrugas nadie te ve, no hay interrupción, te pones en acción en la penumbra. De esa penumbra surge la creatividad de la acción justa.

En los negocios, en ese tiempo extra de la acción temprana, no hay que llamar la atención. La acción exterior debe ser mínima. No se busca un gran resultado, sino un primer boceto. Ese producto entregado a pocos clientes. El boceto de un nuevo plan. Una acción mínima pero una acción, no un sueño.

Se trata de activar la creatividad y dirigirla hacia los resultados. Despertar para crear una nueva realidad. Es justamente este medio despertar que permite hacer la transición entre el sueño y la realidad. Aún posees la capacidad de crear sueños, aún no se ha activado el estrés de la necesidad de acción.

En ese movimiento suave silencioso de la madrugada te puedes permitir el error, la prueba, el ensayo. No es un tiempo de resultados, es el momento en el que el interior se empieza a manifestar.

Al madrugar juegas con ventaja. Es simple, cuando madrugas lo entiendes. Cuando tomas acción temprana juegas con ventaja. También es simple. La mayoría sigue inconsciente en el mundo de los sueños cuando tú ya te has activado.

Al despertar unas horas más tarde se encontrarán con la presión de la agenda, las prisas de la cotidianidad. Se lanzarán a la acción sin tiempo de crear, sin laboratorio.

Sus planes serán grandes pero atados por las obligaciones, atados por la necesidad de resultados y las obligaciones del contexto. Estarán obligados y encerrados en el tiempo que ya no permite experimentar. Los sueños se esfumarán, la acción se convertirá en trabajo sin creatividad. Sentirán la falta de tiempo, la presión del plan, de la agenda, del presupuesto, de los plazos, de la realidad. La realidad que no crearon, sino que asumieron como real. Perderán la oportunidad de la madrugada, del tiempo creativo de la acción temprana.

La presión de la competencia les arrastrará a la acción. Jugarán sin ventaja. Serán arrastrados por la acción de los demás. Jugarán sin el lujo de la creatividad. Serán esclavos del contexto y las tendencias.

Es en las sombras y oscuridades de la madrugada donde se descubre lo que es esencial. Donde puedes conectar con la profundidad y el sentido verdadero de tu movimiento.

En los negocios, si pones en acción la idea de forma temprana podrás permitirte descubrir sus movimientos sutiles. Se trata de actuar sin planes, sin presión, sin necesidad de resultados. Actuar guiado por la intuición, por ese estado que surge del sueño pero que despierta. Actuar de forma creativa pero en contacto con una realidad. No hablo de soñar, sino de actuar. Poner en acción de forma muy simple las nuevas ideas que surgen en tu negocio.

Es de madrugada donde puedes permitirte el lujo. Al actuar desde el boceto pero conectando con la realidad vas a descubrir mil matices. Matices que difícilmente se ven a la luz del sol. El pleno día de la acción arrastrada por la necesidad de resultados aniquila la creatividad.

Otros harán miles de planes, elaborarán la idea en profundidad sin pasar a la acción. Tendrán presupuestos y con ellos planes de amortización. Pero tendrán necesidad de resultados, la prisa los atrapará. Y en ese momento ya será tarde para ellos, tendrán que entrar en acción, la presión los empujará. Habrán perdido la posibilidad creativa, tendrán que ir del gran sueño a la acción final.

Como ves, soy enemigo de grandes planes en los negocios. No entiendo el que está meses o años planificando sin entrar en acción. Soy amigo de las cosas pequeñas que se ponen en acción. Una reunión activa una acción. Un pensamiento inicia un experimento. Actuar así permite la creatividad.

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